Armacentro: un nuevo episodio en la desindustrialización de Alcalá

2 May, 2013 de chemiespinosa 10 comentarios

El pasado viernes 19 de abril, a 257 de los 282 trabadores de Armacentro y Armalla, filiales de Armatek, se les prohibió la entrada a su puesto de trabajo. La empresa, situada en el kilómetro 4,900 de la carretera de Camarma, decidió despedirlos la noche anterior, nada más concluir sin éxito las negociaciones para aplicar un ERE que supondría el cierre de la empresa y el despido de todos los trabajadores.

Esa misma madrugada los trabajadores se encerraron en la fábrica, para protestar contra la decisión de la empresa, pero la guardia civil los “convenció” de salir para así “no tener que usar la fuerza”. Ya por la mañana, los trabajadores acudieron a sus puestos de trabajo, ya que todavía ninguno había recibido la carta de despido, y la seguridad de la empresa y la guardia civil les impidieron la entrada. Los burofax con los despidos se enviaron esa misma mañana.

Trabajadores de Armacentro en la entrada de la fábrica. Fuente: chemiespinosa

La empresa no quería que los trabajadores pisaran más lo que hasta poco antes habían sido sus puestos de trabajo, prefirió pagar un salón en un hotel AC de la A2 para que se reunieran allí si querían el sábado 20 de abril.

“El expediente de la empresa era inaceptable. Planteaba despedir a toda la plantilla y ofrecía 25 días por año trabajado, hasta un tope de 12 mensualidades, y 750 euros lineales, pero sin ningún tipo de garantía. Decían que no tienen dinero para pagarnos.” Afirma Miguel Ángel Moreno, del comité de empresa. “Nos ofrecían lo que saque por la venta de material, alguna maquinaria y facturas que todavía no ha cobrado, no podíamos firmar un documento cuando te dicen no tienen posibilidad de pagarte.” Son 257 los que se van ahora a la calle, los pocos que quedan irán saliendo de aquí a septiembre. Los directivos de la compañía, comentan los trabajadores, ya habían sido recolocados en ATM un mes antes.

Cuatro días después, a algunos aún no les había llegado la notificación vía burofax y todavía seguían en la puerta de la empresa bastantes trabajadores. Miguel Ángel Madroño llevaba 8 años trabajando en la empresa y este último mes ha dejado de pagar la hipoteca de su casa, “algunos camiones han venido a cargar máquinas y material, que es con lo que se supone que nos iba a pagar. Aquí ya han movido todo el dinero y las máquinas de una empresa a otra del dueño. Tiene empresas en otros países y ésta la han ido desmantelando porque no les interesaba. Ya en otras ocasiones cuando quería hacer un ERE en otra empresa, mandaba para acá toda la producción, y al revés. Ahora a ver cómo probamos que todo el dinero de la multinacional es el mismo.”

Armatek pertenece al empresario Javier Ayora Bruix, dueño también de las filiales Armasur y Armanorte en España, empresas en una situación parecida a la de Armacentro, y de Armapanamá, Armatek Brasil y otras empresas del ramo en el extranjero. También es dueño de ITEK desarrollo, una empresa dedicada a la informática, y de Promhogar, la promotora que compró los terrenos de la antigua fábrica Poliseda. En una entrevista que concedió al periódico El Mundo en julio de 2007, apostaba claramente por la internacionalización y la consolidación en el mercado español, y estimaba experimentar crecimientos de dos dígitos en el volumen de facturación. En 2006 éste había sido de 600 millones. Posiblemente haya optado solo por la internacionalización, o deslocalización, ahora que el mercado español no puede permitir unas aspiraciones tan boyantes.

Francisco Javier Ranz llevaba 19 años trabajando para Armatek y días después de su despido todavía no había podido pasar ni siquiera a vaciar su taquilla: “Aquí se ha facturado mucho dinero. El máximo llegó a ser un millón de kilos en un día, así que calcula. Pero qué va, este se lo ha llevado todo por ahí. A saber dónde está. Si ya una vez hubo un asunto de prevaricación en el que estaba metida hasta gente de Hacienda.”

Y no les falta razón para dudar de la honestidad de este paradigma de próspero empresario. Como ya publicó Expansión en enero de 2011, la delegada central de Grandes Contribuyentes de Hacienda, Inmaculada Vela, y dos jefes del mismo departamento, Ángel Mariano Serrano y Fernando Hornillos, fueron objeto de una querella por presunta prevaricación administrativa –admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid– por haber paralizado, supuestamente de forma irregular, una inspección fiscal contra Armacentro en el año 2008. Según la querella, presentada por el inspector José Hernani Lacasa Salas, Armacentro habría presentado facturas falsas, y se habrían omitido ventas realizadas sin factura. Lacasa insistió en 2009 en seguir con el caso, pero le comunicaron acuerdos por los que la investigación a Armacentro quedaba prescrita, con lo que no hubo finalmente nada que investigar, aunque,  eso sí, a Lasaca un mes más tarde le aplicaron un expediente disciplinario. Según el inspector, el delito contra la hacienda pública ascendería a 45 millones de euros, sin contar los recargos por intereses y multas.

Los despidos están denunciados, pero si se aplica la nueva reforma laboral, a los trabajadores les quedarán sólo los 20 días por año trabajado que marca la ley. El gobierno sigue insistiendo en los beneficios de la reforma laboral. La facilidad que proporciona al empresariado para desmantelar empresas como Armacentro es evidente. Desde su aprobación el goteo de despidos es ya un chorro continuo: la semana pasada el 90% de la plantilla de Roca recibió la carta de despido y las cifras del paro batieron récor histórico superando los seis millones.